Tan cerca del cielo...

Una vez más empiezo a sentir que el encierro urbano me atormenta.. que la ciudad se vuelve cada vez más ciudad... que estoy, pero por momentos quisiera no estar. Entonces decido, una vez más, viajar con mis recuerdos a los lugares que más me cautivaron.

Es por eso que hoy quiero mostrarles apenas instantes de recuerdos eternos. Momentos fantásticos que cuando quise atrapar se esfumaban, se desvanecían, se escapaban, huían de mi necesidad de retenerlos.

Por suerte, la lente de mi cámara siempre atenta pudo captarlos, y al verlos vuelvo a viajar...

a recordar...

a sentir...

a respirar...

Los invito a volar, hasta llegar tan cerca del cielo como yo nunca hubiera podido imaginar. A un lugar cargado de historia y mística. A un verdadero símbolo de la cultura incaica.

Hermoso, tan simple como hermoso.

Hermoso por su significado, hermoso por su ubicación, hermoso por lo costoso que resultó llegar, hermoso por su color, hermoso por su falta de urbanización.

Aunque, claro está, la falta de urbanización no implica la ausencia de asistencia y explotación turística. El pasto, tan verde y parejito, no es natural. Los techos de paja, tan prolijos y cuidados, tampoco son naturales.

Ah, y les aclaro que procuré que no saliera en la foto el súper hotel (5 estrellas e impagable, obvio) montado justo al lado del Machupicchu!!!

Oh.. ya volví.. que pena..